martes, 14 de agosto de 2018

MARÍA DE NAZARETH

MARÍA DE NAZARETH

Dulce muchacha humilde de Palestina
a vos pa´ ser su Madre Dios te eligió,
y cuando desde el cielo te mandó
un ángel para pedir tu consentimiento
vos le dijiste: "Su esclava soy".

Por eso voy a darte mi corazón
y cantando repetiré tu nombre
María de Nazareth.

Fue tu materna espera luz de esperanza,
hasta que el gurisito nació en Belén,
y vinieron los pobres y peregrinos
para adorarle y él sonreía
Dios-con-nosotros, el Emmanuel.

En aquel tallercito de carpintero,
Dios aprendió el oficio del buen José,
y vos, yendo y viniendo en la cocina
guardabas cosas dentro del alma
que te sirvieran para después.

Viendo morir a tu Hijo sobre el Calvario
te hiciste Madre nuestra junto a la cruz.
Y quedaste esperando porque sabías
que volvería resucitado de entre
los muertos tu buen Jesús.

Ahora que en cuerpo y alma estás en el cielo
sentimos tu plegaria junto al Señor
y que vas caminando con el que sufre,
con el que llora, con el que sueña
con la justicia, con el amor.

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