Comenzaste a hacerte pan en Belén
sol pequeñito en nuestra noche.
Aprendiste en Nazareth de ellos dos
el gesto manso de la entrega.
Niño que en Jerusalem te entregaste
de una vez a las cosas del buen padre.
Debe tu cuerpo crecer para poderse
ofrecer como pan a nuestro hambre.
Mi cuerpo es esto, mi sangre es esta,
que por ustedes doy.
Coman y beban, crean y vivan
que para siempre soy, soy Yo, soy Yo.
Se multiplicó tu amor se partió todos
saciados y aún sobraba.
Se mostró tu intimidad,
eres Pan que solo vive por donarse.
Noche de Jerusalem, Cristo Pan entrégate
eres Tú nuestro cordero,
cena, huerto, beso y cruz, y tu entrega
Pan Jesús, fue más fuerte que el madero.